Era una noche fría, no muy distinta a las otras de
este invierno, Carla tenía mucho sueño y estaba por acostarse. Había tenido un
día agotador, ir a la consulta, atender un montón de pacientes, ayudar en el
voluntariado y más tarde ir a las clases del magíster. El cansancio no la
disgustaba, de hecho se sentía feliz porque estaba haciendo con su vida lo que
siempre había soñado, aunque en el fondo de su alma sentía que algo le faltaba
y sabía perfectamente lo que era, pero ella no se permitía pensar en eso.
Estaba lista para acostarse cuando vio en su bandeja
de entrada un nuevo mail, le pareció extraño porque era muy tarde, pero más
raro le pareció fue quién se lo enviaba. Pensó que podía ser un virus, de esos
que se reenvían solos, cuando lo abrió se llevó una gran sorpresa, era un mail
real, de su antiguo amor, de esos que nunca se olvidan aunque a veces no lo
reconozcamos.
Se puso tan nerviosa, sentía algo en el pecho, las
manos le temblaban, y una sensación extraña le recorría los brazos. No daba crédito
a lo que leía. El mail decía lo siguiente: ²Carla, perdóname era inmadura, no te he podido
olvidar, dejé a Jorge. Por favor veamosnos necesito hablar contigo, te he llamado
pero no me puedo comunicar, a lo mejor has cambiado el número. Nicole”
Esa noticia fue demasiada
información en tan poco tiempo, Carla no supo qué hacer, ahora todo su cuerpo
temblaba y sentía nauseas, estaba tan nerviosa que creía que iba a desmayar. Su
gran amor, la persona por la que más había sufrido en su vida, la que la había
abandonado por un hombre hace ya tres años quería verla de nuevo.
Comenzó instantáneamente a
recordar el pasado, ella en esa fiesta había sacado la personalidad que nunca
había tenido (con ayuda de unas cuantas copas) y había ido a conversar con esa
niña que tanto le llamaba la atención en la universidad y la que se había
dedicado a mirar por más de un año. No recuerda mucho lo que hablaron por la emoción
que sentía en ese momento, pero no olvida lo mucho que se rieron y lo bien que
se llevaron. Luego Nicole la agregó a fecebook, cuando vio esa solicitud el
corazón casi se le sale por la boca.
Largas noches hablando de todo lo que hacían en el día, coqueteos iban y venían
aunque Carla siempre pensó que eran broma por parte de Nicole, de un momento a
otro el único tema de conversación era que se gustaban y que se casaran y que
serían muy felices juntas, Carla nunca creyó que lo que decía Nicole era en
serio aunque lo deseara con todo su corazón, en la universidad a veces se veían
ya que estudiaban carreras distintas pero en la misma facultad, conversaban, se
reían y lo pasaban bien juntas. Carla nunca pensó en propasarse, o sea si lo
pensó pero nunca lo vio como algo real, sólo en su imaginación. Hasta que una
noche mientras chateaban, Nicole le dijo a Carla que se estaba aburriendo y que
si no se la jugaba se iba a ir con otra persona. Carla quedó en shok, no sabía
si lo decía en serio, esa noche no pudo dormir tranquila. Al otro día cuando
llegó a la universidad trató de comportarse normal, a pesar que el nervio que
sentía tan solo al pensar que vería a Nicole la hacía temblar. En una ventana
de clases se dirige al baño para estar tranquila, se encierra en uno y se queda
parada pensando, cuando ya habían pasado más de quince minutos y sale para irse
de nuevo a clases se encuentra con el motivo de su desvelo, Nicole estaba ahí
parada, mirando a donde estaba ella, al parecer esperándola. Carla le sonríe y
Nicole la mira fijamente, Carla le pregunta si le pasa algo haciéndose la
desentendida. Y Nicole le responde algo nerviosa – Te estoy esperando acá hace
rato, parece que nunca vas a reaccionar – En ese preciso momento Carla ve como
Nicole se acerca, le toma la mano y se encierran en el mismo baño en que estaba.
No podía creerlo, su sueño se hacía realidad, no atinaba a hacer algo, sus
mariposas en el estómago habían empezado a volar a mil, sus piernas temblaban
no podía mirar a la cara a la niña que tanto le gustaba. De repente escucha -
¿Te vas a quedar ahí sin hacer nada? Nunca pensé que fueras tan cobarde- En ese
preciso momento siente que la tiran suavemente a la pared, Nicole pone sus
manos sobre sus hombros aprisionándola, y sutilmente le besa el cuello, Carla
siente un escalofrío que le recorre el cuerpo, no aguanta más y la besa. Casi
se desmaya.
De repente vuelve al
presente, reacciona, está sonriendo. No
sabe qué hacer, piensa por un momento y responde el mail. “Mañana en el lugar
de siempre a las 22.00 hrs. Carla”…