Estaba lavando los platos con una amiga en la playa, y ella me habla mucho, no le prestaba mucha atención yo estaba en otra, hasta que nombró algo que hizo que mi atención se tornara toda a ella.
- ¿Qué?¿Quién?- dije sorprendida no dando crédito a lo que había creído oír
- La Claudia, la prima de tu amiga, la que pasó a tercero medio- dijo mi amiga
- La Claudia. ¿la Claudia que toca guitarra, canta, y es una de las mejores de su curso? Esa que siempre le dan diploma?- Repliqué tartamudeando
- Sí, ella.
No lo podía creer, fue unos de los momentos más sorprendentes que había tenido en mi vida, me acababan de decir que la niña más linda de mi colegio era gay como yo, y que había sido sorprendida por una profesora del colegio junto a la entonces su pareja. Desde esa revelación quedé embobada, no podía dejar de pensar en ella, quería por primera vez que terminaran las vacaciones para entrar al colegio.
Hasta que sucedió, llegó marzo y el inicio de clases, la vi, me quede sorprendida, estaba más linda que antes, quise saludarla, me acerqué a ella hasta que me di cuenta de algo, nunca antes le había dirigido la palabra, ella no sabía de mi existencia. Desde ese momento mi mente comenzó a trazar miles de planes para acercarme y que supiera que existo, todos demasiado osados como para llevarlos a cabo, empecé a darme por vencida.
Un día mi amiga me comentó que su prima Claudia estaba saliendo con un hombre, quede un tanto sorprendida y desanimada, creí que no había más que hacer, hasta que me dijo – y no sé por qué, si la Clau estuvo saliendo con una niña, y se le nota que le gustan las mujeres, debe ser porque mi tía la trataba mal, y le decía que era la vergüenza de la familia –
Desde ese momento me di cuenta de que si la quería para mi iba a ser más complicado de lo que pensaba. En primer lugar, tenía que sacar personalidad y hablarle, en segundo lugar, tenía que caerle bien, y por último y lo más difícil, tenía que conquistarla, tenía que hacer que la mujer más linda del colegio se fijara en mi, una niña un año menor que ella, para nada linda físicamente y que se moría por que ella la quisiera.
Empecé, era julio, llovía, lo recuerdo como si fuera ayer, el recreo de las 9:30 había terminado, nos estábamos formando para entrar a la sala cuando apareció. Una mirada de esas casuales, se toparon nuestros ojos ella iba desviar la mirada, pero yo la sostuve creo que gracias a eso logré que me mirara fijamente, cuando me di cuenta de eso un hola salió de mi boca, no sé, todavía no me explico cómo salió. Ella me mira más, sonríe, prometo que es la sonrisa más linda de todas, y me dice – hola – se vuelve y se va a su sala. Prometo que ese día, fue uno de los más felices que he tenido. A pesar de ese saludo, no me pescaba mucho, a veces me saludaba a veces no. Y yo ahí sufría por ella. Fue un día viernes 11 de agosto, en una tocata la primera vez que hablamos más, ella toco, y luego se dirigió hacia mí y me preguntó algo, desde ahí empezó una linda amistad.
Terminó con su pololo y nuestra amistad crecía, me abrazaba, andábamos de la mano, chateábamos todos los días, nos arrancábamos de clases para juntarnos a hablar, y mi felicidad iba en aumento, mis amigas me empezaron a molestar con ella, pero a mí me daba lo mismo que lo hicieran, yo estaba orgullosa.
Fue así, como después de muchos joteos, y cariñitos, un día miércoles en la mañana, me habla en el pasillo, yo iba apurada porque tenía prueba, a lo que ella me dice – éxito – se acerca a mí y me da un beso, y se va. Yo me quedé parada, helada, hasta que alguien me apuró, no deje de pensar en eso. Está demás decir que en la prueba me saqué un rojo porque no pensé en otra cosa que no fuera ese beso. Después la vi en el recreo, todavía recuerdo que andaba con el buzo del colegio y una polera negra. Le hablé, no me respondió, solo me miró con sus ojitos hermosos que brillaban, me abrazo con mucho cariño, me dio un besito en el cuello y se fue. Desde ahí no la vi más hasta la tarde, momento en que la pille en un lugar oculto del colegio, llorando, no sabía qué hacer, le pregunte que le pasaba, no me dijo nada, le sequé las lágrimas y le di un besito en la frente, me iba apurada.
Mis amigas me comentaron que la Clau, ese día fue a verme a la sala, que se veía preocupada. Me sentí pésimo por no poder haberla ayudado, y por no saber nunca que me quiso decir. Desde ese momento las cosas cambiaron, la clau ya no me pescaba tanto, pero yo lograba ver sufrimiento en sus ojitos, nos fuimos alejando, muchas personas me dijeron que yo le gustaba mucho a la Clau, pero creían que tenía miedo por el que dirán y a su madre.
Les cuento que ahí terminó todo lo que tanto me costó empezar, mi historia de amor, terminó en el primer beso. A pesar que han pasado ya cuatro años la sigo queriendo, sé que ella nunca volverá a estar con una mujer. Siempre me pregunto el que me habrá querido decir esa tarde en que yo no estaba ¿habrían cambiado las cosas? ¿Mi historia estaría terminando con un final feliz? No lo sé, y nunca lo sabré.
Ahora la saludo cuando la veo, a veces le escribo en facebook, la agregue a msn de nuevo pero no me atrevo a hablarle, se que el sentimiento de cariño se puede transformar en amor rápidamente, más si es ella, la mujer más linda, simpática y buena que he conocido. Creo que sufrí mucho después de lo que pasó, pero puedo asegurar que los meses que pasamos juntas siendo algo más que buenas amigas, fueron los más lindos que he tenido en mi vida.
