miércoles, 30 de marzo de 2011

Prefiero decir improbable

   "La Real Academia define la palabra "imposible" como algo que no tiene facultad ni medios para llegar a ser o suceder. Y define improbable como algo inverosímil, que no se funda en una razón prudente.
   Puestos a escoger, a mí me gusta más la improbabilidad que la imposibilidad. Como a todo el mundo, supongo.
   La improbabilidad duele menos, y deja un resquicio a la esperanza. A la épica.
  Que David ganara a Goliat era improbable, pero sucedió. Un afroamericano habitando la Casa Blanca era improbable, pero sucedió, una periodista convertida en princesa, que parejas homosexuales puedan casarse hace unos años era improbable, pero está sucediendo.
   El amor, las relaciones, los sentimientos... No se fundan en una razón prudente. Por eso no me gusta hablar de amores IMPOSIBLES, sino de amores IMPROBABLES. Porque lo IMPROBABLE es, por definición, probable. Lo que es casi seguro que no pase es que puede pasar.
   Y mientras haya una posibilidad o media posibilidad entre mil millones de que pase, vale la pena intentarlo."



martes, 29 de marzo de 2011

Enamorarse

Dicen que enamorarse es un acto reflejo, algo que no se puede aprender ni controlar, como el respirar. Yo no creo que sea así. Yo he tenido que aprender a querer a una mujer porque me enamoré de una: aprendí a pasear agarrada a su cintura, a deslizarme en su cama temblando y a tener el doble de ropa interior en mi armario, y lo hice con el mismo miedo y la misma excitación que una niña de 5 años patinando por primera vez en una pista de hielo. Mañana es el día de mi boda, y ya no tengo miedo.


“Dicen que enamorarse es un acto reflejo, como tener miedo. Yo fui una niña sin miedo, no me asustaban los fantasmas, ni los monstruos, ni la oscuridad.... podía enfrentarme a las niñas de quinto segura de que no me quitarían la merienda. Y así, hasta hoy. Segura de que puedo coger una Magnum y avanzar por un callejón vaciando el cargador porque no es eso lo que me da miedo. Lo que me aterra es decir que sí a algo que no podré cambiar mañana. Pensar en el color de un sofá para toda la vida, en un crédito hipotecario, en una declaración conjunta o en un "está tarde tenemos que hablar". Buscar colegios y canguros y pensar en un lugar para vivir cuando ya no tengamos pulso para sujetar una Magnum. Y, de pronto, todo ese terror se empieza a disfrutar como el looping de una montaña rusa y eso... es la felicidad."

(Silvia refiriéndose a su matrimonio con Pepa  en los Hombres de Paco)
PD: Estoy perdidamente enamorada de la pelirroja.

lunes, 28 de marzo de 2011

Por el amor de Dios

Bueno, les cuento que he estado muy ocupada con la universidad por eso no he tenido tiempo de publicar. Recién escuché algo, y creo que vale la pena compartirlo.


¿Sabe lo que no es normal? ¿Usted quiere que le diga lo que no es normal? No es normal pensar que hacer el amor es pecado. Eso no es normal. No es normal pensar que Dios no quiere a las lesbianas y a los homosexuales, no es normal. No es normal que la Iglesia oculte abusos de niños ni que los sacerdotes no se puedan casar. No es normal la riqueza del Vaticano, ni los anillos, ni el oro, ni el dinero tirado en campañas de publicidad mientras 30 millones de personas se contagian de SIDA en África por no usar preservativo. Señores Dios nos hizo con dos brazos, y con dos piernas. Y también nos hizo con la capacidad de amar, de querernos, de tocarnos, de sentir con la yema de los dedos un pulso acelerado por la tentación y eso señores… Eso  NO puede ser pecado.

Señores amar… amar no es fácil. Y ustedes se empeñan en hacerlo más difícil y enrevesado como si no nos bastáramos nosotros mismos, como si no se bastara la propia humanidad para complicarlo todo. Señores, porque amar… Amar es entender también entender el rechazo, entender que te van a hacer daño, entender que vas a sufrir, que vas a llorar y es entender que las cosas son muy distintas al sacramento del matrimonio. O sea, hoy te casas… y vives feliz para toda la vida. Falso. Señores, falso. Por muchos siglos que puedan ustedes seguir proclamándolo. ¿Saben que creo? Creo que ustedes no saben lo que es el amor. 
Porque si algo he aprendido en estos años es que si apretar un cuerpo hasta convertirse en uno es pecado… señores soy un pecador. Porque el único Dios en el que creo, es el que nos da amor incondicional, y nos deja amar incondicionalmente.