“Dicen que enamorarse es un acto reflejo, algo que no se puede aprender ni controlar, como el respirar. Yo no creo que sea así. Yo he tenido que aprender a querer a una mujer porque me enamoré de una: aprendí a pasear agarrada a su cintura, a deslizarme en su cama temblando y a tener el doble de ropa interior en mi armario, y lo hice con el mismo miedo y la misma excitación que una niña de 5 años patinando por primera vez en una pista de hielo. Mañana es el día de mi boda, y ya no tengo miedo.
“Dicen que enamorarse es un acto reflejo, como tener miedo. Yo fui una niña sin miedo, no me asustaban los fantasmas, ni los monstruos, ni la oscuridad.... podía enfrentarme a las niñas de quinto segura de que no me quitarían la merienda. Y así, hasta hoy. Segura de que puedo coger una Magnum y avanzar por un callejón vaciando el cargador porque no es eso lo que me da miedo. Lo que me aterra es decir que sí a algo que no podré cambiar mañana. Pensar en el color de un sofá para toda la vida, en un crédito hipotecario, en una declaración conjunta o en un "está tarde tenemos que hablar". Buscar colegios y canguros y pensar en un lugar para vivir cuando ya no tengamos pulso para sujetar una Magnum. Y, de pronto, todo ese terror se empieza a disfrutar como el looping de una montaña rusa y eso... es la felicidad."
(Silvia refiriéndose a su matrimonio con Pepa en los Hombres de Paco)
PD: Estoy perdidamente enamorada de la pelirroja.
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